domingo, 30 de diciembre de 2007

San Raúl

El 30 de diciembre es San Raúl, un santo muy poco conocido. Por ello, hoy precisamente he querido informarme sobre el origen y onomástica de mi nombre:

Es la contracción de las formas germánicas Radulfo, Rodulfo y Rodolfo, que tienen en común la raíz hrod, que significa "glorioso", con la terminación probable de wolf (lobo) con todas sus connotaciones. Estos nombres tendrían en común la idea de hombre que se hace acreedor al reconocimiento de los demás y a la gloria, por cultivar las virtudes que hacen del lobo un animal temible para sus enemigos, pero profundamente fiel con los suyos, capaz de mantener y respetar la jerarquía, de trabajar en equipo, de distribuir con equidad y de partirse el alma por defender a los miembros de su manada. La forma contracta Raúl está documentada desde el siglo X. En los países de habla hispana ha desplazado recientemente casi del todo a la forma de Rodolfo, que tuvo desde el tiempo de los visigodos hasta el pasado siglo, una regular expansión.

San Raúl fue un monje cisterciense de origen inglés del que sabemos que en 1131 fundó el monasterio de Vaucelles (cerca de Cambrai, Francia). Fue discípulo de san Bernardo de Claraval, el gran reformador de la vida monástica, por lo que puso su monasterio bajo las nuevas reglas, contribuyendo a la regeneración de la vida eclesiástica. Su rectitud y su austeridad le valieron ser elevado al honor de los altares.

Por mi santo, no suelo celebrar nada pero las princesas que dejé en Ibiza cada año se encargan de recordármelo, a las 12 de la medianoche y por messenger, si hace falta. En vuestro honor, esta mañana he ido junto con algunos compañeros a una cafetería a desayunar huevos fritos con bacon, dos tostadas con mermelada de fresa, un zumo de naranja, Corn Flakes y una taza de chocolate caliente.

Ya sé que no es el austero desayuno de un santo, pero es que yo soy un Príncipe...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Un Papá Noel chino

Realmente pasamos una Nochebuena de cuento de hadas, y durante unas horas reinó la alegría y no hubo mejores villancicos que nuestras risas...

Un curioso personaje, hijo del Gran Dragón, se unió a nuestra celebración, primero tímido, luego con demasiadas confianzas...

Empezó oliendo el pelo de las chicas con cara de pervertido, continuó tocando a los chicos, se sentó en sus regazos, mareó al pobre Dani, que estaba metido en el carrito de los postres, e intentó abrir una botella de vino con un abrelatas...





martes, 25 de diciembre de 2007

Feliz Navidad


Feliz Navidad a todos! Esta Nochebuena ha sido espléndida (sí, algo me he acordado de vosotros también). Pero para los que penséis, pobre Raúl que está en China, mirad estas fotos...

jueves, 20 de diciembre de 2007

Vacia el vaso antes de llenarlo de nuevo

Desde que empecé a escribir este nuevo cuento, siempre he albergado un temor que, con el paso del tiempo, ha ido aumentando. Tengo miedo de equivocarme de aventuras, de narrar un cuento que podría haberse escrito mejor, me aterra la idea de perderme un gran capítulo... China es tan grande y hay tanto que ver, tanto que experimentar, que resulta muy difícil distinguir con claridad el camino más interesante.

Unida a la nostalgia por la llegada de la Navidad, está esta idea que confunde la brújula de mi vida y apunta hacia todas las direcciones. Deseo llenar la copa del Príncipe con el néctar de los dioses, no quiero que ni una sola gota escape a mi sed.

Ayer, uno de los personajes que ha cruzado su camino por este cuento y al que he bautizado como el Médico, me dijo la frase que titula esta entrada: "...per omplir el got a vegades l'hem de buidar", cito textualmente. El Médico es observador y anota en su cuaderno una realidad a veces oculta, afirma que él no cura, pues no puede imponer su criterio para juzgar qué es sano o perjudicial en un mundo tan distinto. Sin embargo, no hablo de jueces, sino de médicos, cuyas frases son las mejores de las medicinas.

Desgraciadamente, las medicinas siempre tardan algún tiempo en surtir efecto. Gracias, doctor.

martes, 18 de diciembre de 2007

Cuento antes de Navidad

Y cada vez hacía más frío. Se ultimaban ya los preparativos para los banquetes, muchos regalos aguardaban en sus cajas para ser entregados, los guerreros lucían sus mejores túnicas y brillaban las sonrisas de las dulces doncellas... Todos esperaban ahogar la melancolía y tristeza de no poder volver a sus reinos junto a otros que, como ellos, se habían embarcado en esta gran aventura.

Entre ellos, estaba el Príncipe, protagonista de este cuento, que, aunque alegre y orgulloso de haber escrito hasta aquí, sentía que su felicidad no era completa. La vida en la torre era cómoda, su adiestramiento para enfrentarse al Gran Dragón avanzaba sin problemas, sus compañeros y compañeras eran atentos y amigables, el sol brillaba...pero no limpio. Eran muchos los pensamientos que enturbiaban su mente y nublaban su corazón. ¡Claro que quería estar allí! ¡No se arrepentía de ninguna de las líneas o palabras narradas!

Sólo deseaba sentir por un momento la protección de aquellos que siempre velaron por él, ver la sonrisa traviesa del príncipe más joven, abrazar a aquella que calmó su llanto cuando era un niño, reír con aquellos que saben escucharlo sin necesidad de palabras.... Quería contemplar los islotes frente a su castillo, un paisaje familiar y reconfortante...

Se acercaba la Navidad...

jueves, 13 de diciembre de 2007

De Príncipe a director

Ya os contaba hace dos entradas que por mi gran bocaza me tenía que encargar de preparar la actuación que mi clase haría en la Fiesta de Navidad. ¡Hoy, por fin, ha sido el primer ensayo!

El espectáculo consistirá en una representación teatral de una historia, de la cual se extrae una frase hecha (llamada "chengyu"), un tema que hemos tratado en clase. La idea de hacer teatro, como ya sabéis, me entusiasma. Y como yo era el encargado de preparar la actuación, también me he convertido en director; eso sí, siempre bajo el control de China, representado por mi profesora, que transformó el sencillo diálogo que escribí para la obra en una especie de obra más compleja con toques humorísticos, que sólo entenderán los chinos...

Pero todo tiene un motivo, la supuesta fiesta o festival, como yo lo veía, es en realidad una competición, y por ello muchas profesoras se están tomando grandes molestias para que sus grupos sean los ganadores. Al principio, me sentí defraudado porque yo no quería competir, sólo pasarlo bien con mis compañeros. Al final, no nos queda otro remedio que combinar la diversión con la seriedad del concurso.

Hoy he repartido los papeles según las directrices de mi profesora y los deseos de cada uno (que eran no hablar casi nada). ¡Y noticia! El Príncipe de la obra no soy yo. ¡Yo seré el pillo! Y no es que haya renunciado a ese papel, más bien es que la profesora me lo ha impuesto sutilmente y mis compañeros no querían tener que aprenderse tantas líneas. De todas maneras, estoy muy contento. Después, hemos ensayado un poco, a pesar de alguna ausencia del reparto. Ha sido divertido ver cómo actuan los coreanos en especial, realmente son poco expresivos... Y yo no paraba de pegar saltos por el escenario intentando explicar en mi chino rudimentario lo qué debía hacer todo el mundo (por decreto de la profesora y alguna sugerencia mía). El resultado ha sido bastante bueno, y pienso que en un par de días lo haremos de fábula.

Por lo demás, ayer me corté el pelo de nuevo y esta vez conseguí que el peluquero me lo dejará como en España. Además, estuve hablando con él todo el rato. Salí más fresco y feliz que nunca, con energías renovadas y ganas de comerme el mundo.

¡Tres, dos, uno, ACCIÓN!

lunes, 10 de diciembre de 2007

La primera nevada

Hoy la ciudad de Beijing, celosa de Blancanieves, ha cubierto su tez grisácea con un fino velo blanco para seducir a las almas más ingenuas y alegrarles el día, como a mí... Pero, como en el cuento, la malvada madrastra ha mostrado de nuevo su feo rostro después de que los más inocentes probaran su manzana helada. La nieve ha oscurecido bajos los pies de los ciudadanos, se ha hecho agua y, por último, se ha convertido en una trampa resbaladiza que, si no te sume en un profundo sueño, puede al menos hacerte algo de daño...

Como no tenía clase por la mañana, me he levantado tarde y no he llegado a tiempo para ver la nieve en todo su esplendor, ni guerra de bolas ni muñecos de nieve, otra vez será...; pero realmente me he sentido más feliz que otros días, se ha producido un cambio en la rutina y he visto una señal del acercamiento de la Navidad.

La tarde aún ha ido mejor, después de clase, Jaime me ha hecho un chocolate Paladín con su cafetera de bar. Eso me ha dado energías para el resto del día... Y a la hora de la cena, el mismo Jaime nos ha preparado una fantástica crema de champiñones acompañada con jamón serrano, butifarra mallorquina y lomo. Luego, el amigo de Elena, JingMing también ha preparado pollo con salsa agridulce.

"Y los banquetes, ahora más que nunca se sucedían en la torre de los guerreros..."

Este fin de semana he comprado una traductora electrónica, un nuevo arma para enfrentarme al Gran Dragón, pues la tecnología es una buena aliada en esta aventura.




viernes, 7 de diciembre de 2007

Las páginas que no se escriben

Ya sé que llevo una semana sin contar ningún cuento. ¿Os imagináis que los hermanos Grimm hubieran narrado páginas y más páginas sobre la apasionante vida de una huérfana a las órdenes de su madrastra y sus hermanastras? "Hoy la Cenicienta se ha levantado con la primera luz del alba, y ha limpiado la chimenea, ha preparadado el desayuno, unos huevos revueltos..." ¿Y si hubiéramos sabido sobre los largos años que durmió la Bella Durmiente? "En el año 37 del sueño de la Princesa, un pajarito entró volando por la ventana de la torre y se posó sobre la cabellera de la Bella Durmiente; finalmente le obsequió con un poco de crema hidratante." En efecto, hubiera resultado algo aburrido.

Durante estos días, he pensado en escribir en muchas ocasiones, pero nunca se me ocurría nada interesante que poder contaros. Al final, hoy he decidido haceros un resumen de los puntos más destacados de la semana:


1. Gracias a mi gran bocaza, me he convertido en el organizador de la actividad que mi clase presentará en la fiesta de Navidad del departamento.
2. Una de mis profesoras ha descubierto, después de tres meses, que no soy italiano.
3. Mi profesora de redacción me despertó ayer a las nueve de la mañana, siendo mi día libre, para decirme que habían cambiado la hora de la peli de la tarde...y que avisara al resto de la clase. Además, me hablaba a una velocidad de 3 palabras por minuto...¡Menos mal, porque hablándome en chino recién levantado! La peli resultó ser bastante aburrida, suerte de los subtítulos en inglés.
4. Algunos días tuve dolor de barriga.
5. Me creció la barba y me la afeité.

Y no sigo porque la cosa va a menos. La aventura china también tiene sus capítulos grises...

sábado, 1 de diciembre de 2007

La Sirenita de Andersen

Hoy es 1 de diciembre. El Hotel Hilton de Beijing ha encendido su gran Árbol de Navidad y también dicen que Papá Noel visitaba la capital china para que los niños pudieran pedirle sus regalos. Esta tarde he ido de compras al centro con Elena y Dani, y he tenido la sensación de pasear por Portal de l'Àngel (Barcelona), pero sin tanta gente (¡Qué ironía estando en China!). No hay escaparates llamativos, ni luces de Navidad, ni villancicos, sólo referencias y más referencias a los Juegos Olímpicos. La Plaza de Tiananmen y los edificios cercanos cuentan con miles de bombillas que dibujan sus contornos, una vista preciosa a pesar de que nada tiene que ver con la Navidad. Ya sé que estas fiestas son una mezcla del más agresivo márketing empresarial y del más ingenuo consumismo social, pero yo soy uno de esos ingenuos consumistas que ahora y aquí echa de menos una sonrisa amable y un "¡Ho, ho, ho!¡Feliz Navidad!".

Algunos ya habréis notado que Walt Disney añade numerosas cucharadas sopera de azúcar a las adaptaciones que hace de los cuentos. Hasta esta noche no había leído el cuento original de Andersen La Sirenita, uno de mis favoritos. Aunque comienza de manera muy similar a la historia protagonizada por Ariel, el final es mucho más trágico. No, la pequeña sirena no acaba casándose con el Príncipe y,por ello, la mañana en la que el Príncipe se casa con otra, su corazón se rompe y debe morir transformándose en espuma de mar. Sin embargo, tiene la opción de salvarse si apuñala el corazón de su amado antes del amanecer. Hay amores que, pese a las dificultades, acaban con un "fueron felices y comieron perdices"; y hay amores, aún mayores y más espléndidos, que acaban con un "sé feliz, aunque no conmigo". De todas maneras, no olvidemos que Andersen escribió un cuento, y todas las buenas acciones tienen su recompensa, hay un final relativamente feliz y una moraleja para los niños...que espero que algún día leáis y aprendáis.

La ilustración es un cuadro del pintor John William Waterhouse, y tuve un póster colgado en mi habitación del piso de Sant Cugat durante dos años. ¿Os acordáis?

"Bajo del mar, bajo del mar..."