Érase una vez un Príncipe que decidió escribir su propio cuento...
Tras haber saciado su apetito, los turistas "shanghaineses" volvieron a su castillo para reponer fuerzas para la mañana siguiente. En cambio, los "pequineses" decidieron seguir disfrutando de la velada cómodamente sentados en la terraza de un bar a orillas del Lago Houhai. No escasearon las risas gracias a las anécdotas de Livia y todos pudieron apagar su sed entre cervezas, mojitos y un cinderella para abstemios. La música, por su parte, nos trajo olvidadas melodías flamencas.
Tres lunas después, los amigos volvieron a reunirse, esta vez en despedida. Y a pesar de que las risas fueron incluso más ensordecedoras que el trueno, la oscura noche se entristeció de tal manera que lloró y lloró inundando el restaurante con inesperadas cataratas de interior.
Espero que la conjunción de estos astros no tarde tantos años en repetirse.
Hoy la República Popular de China celebra el 59º aniversario desde su creación, tras la caída de la dinastía Qing y su último representante, el Emperador Puyi, que por aquel tiempo sólo era un niño. Así, China se desprendía de unos pesados ropajes imperiales con más de 2000 años de historia y comenzaba a caminar -o más bien, correr- hacia la modernidad.