Una vez visitado gran parte del Reino, los alegres viajeros llegaron a la capital del Imperio, donde el Príncipe les esperaba para satisfacer en la medida de lo posible su apetito curioso y su sed de conocimiento. Así pues, degustaron sabrosos manjares y obtuvieron algunas respuestas. No faltaron bailes tradicionales de la tierra ni tampoco algunos más modernos...
¡Muchas gracias por los manjares venidos de España y las risas de los chistes!