domingo, 3 de mayo de 2009

Después de un largo y agotador camino, el Príncipe encontró una lámpara maravillosa, y su Genio le dijo: "Cuéntame, Príncipe, ¿cuáles son tus deseos?"

"¿Deseas cantar?"


"¿Deseas bailar?"

"¿Deseas un gran banquete?"

"¿Deseas la compañía de buenos amigos en la mesa?"

"¿Deseas la habilidad de un gran cocinero?"

"¿Deseas que viejos restaurantes abran de nuevo sus puertas?"

"¿Deseas la longevidad de trescientas tortugas?"


"¿Deseas convertirte en un gran maestro de los caracteres?"

"¿Deseas un día rodeado de flores?"

"¿Deseas dominar el viento y el arco iris?"

"¿Deseas tomar unas tapas en una terraza soleada?"

"¿Deseas deleitarte con los sabores de casa de la abuela?"

"¿Deseas seducir al mundo?"


Entonces, el Príncipe respondió: "Gracias, pero hoy no existen en mi corazón deseos que puedas cumplir."

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