El mes de agosto es uno de los meses más propicios para alzar la vista y mirar las estrellas. Las conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, o Perseidas, es una lluvia de meteoros que se produce cada año entre finales de julio y agosto para deleite de los amantes del cielo, ¡una verdadera obra de arte de la naturaleza!
Sin embargo, este mes el Príncipe no ha tenido demasiado tiempo para entretenerse contemplando la noche, pues otro tipo de estrellas fugaces han atravesado su órbita: algunas regresarán a sus constelaciones y tardaran meses, incluso años, en aparecer de nuevo; otras podrían convertirse en estrellas guía que iluminen el camino que tiene por delante. Pero, sin duda, todas han brillado con fuerza y han espantado las sombras del hastío y la soledad.
Mejor no os lo cuento, ya que podría no cumplirse...