martes, 4 de agosto de 2009

Cuento del Baile de Clausura

El adiestramiento llega a su fin. Pronto los guerreros se separarán y sus vidas tomarán rumbos muy dispares: algunos continuarán enfrentándose al Gran Dragón y afilando día tras día la hoja de tan difícil lengua, pero otros olvidarán que alguna vez pisaron su reino y buscarán nuevas y más excitantes aventuras. Tal vez el destino los vuelva a reunir para danzar una vez más al ritmo de 冰糖葫芦,卓玛 o 欢乐的跳吧.

El Príncipe compartió con cuatro bellas damas españolas los pasos más complicados, las vueltas más huracanadas y, por encima de todo, sudor y risas...

Compañeros y maestros acudieron al Gran Baile de Clausura para animar con sus gritos a unos avergonzados, pero felices, danzarines. A veces, el lenguaje corporal es mucho más efectivo que las palabras.
También se entregaron premios a los mejores delegados, mejores estudiantes y a aquellos que mejor supieron combatir la pereza y asistieron a clase una mañana tras otra. Que un hada aburrida hiciera desaparecer algunas de las faltas de asistencia del Príncipe es la única explicación lógica para que también él se encontrara entre los afortunados.



Liberados ya de la magia de la danza y sus vistosos atuendos, la clase de guerreros del nivel G acudió a un banquete sin cerdo ni alcohol, no para llorar su despedida, sino para celebrar que los últimos meses fueron excepcionales y que se han creado lazos que atan continentes.

Gracias a esa ventana mágica del tiempo y el espacio llamada Youtube, pueden los lectores de este cuento disfrutar de este baile de la provincia china del Xinjiang.

¡Gracias a la bella doncella Lídia, que consiguió con mucha paciencia que mi piernas y brazos se coordinaran al compás de la música!

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