miércoles, 16 de abril de 2008

Inciso de disculpa

Después de mucho tiempo y tras recordar qué tipo de fuente utilizaba para publicar mis entradas, aquí estoy de nuevo. Antes de proseguir con los cuentos, quería informaros de un par de cosas.

Desde que se fueron las tres princesas ibicencas, allá a finales de febrero, he tenido unas semanas, que se convirtieron en meses, de incesante actividad: las visitas de Sandra, antigua compañera de la facultad, y de mis padres y hermano, con sus respectivos y repetidos tours; la visita este próximo fin de semana de Irene, antigua compañera de la facultad y de piso, Ernie, su novio, y Narcís, su padre; mi cumpleaños, que con el transcurso de los años me dejará sin lágrimas, como siga rodeándome de personas tan especiales; las clases, que exigen mucha más dedicación y preparación, por lo que ya no se trata solamente de hacer los deberes; los exámenes, que he acabado hoy mismo; y, finalmente, mi ordenador, que hace unas tres semanas decidió no despertar nunca más.


Intento de algún modo justificar mi ausencia "bloguera", aunque espero poder recompensaros con mis próximos cuentos. La historia de las tres princesas quedará interrumpida, ya que las fotos se perdieron en el sueño eterno del que ahora goza mi portátil, pero continuaré con las aventuras de mi cumpleaños, las visitas de la heraldo Sandra y de la familia del Príncipe, y de todo aquello que me depare el futuro.

Gracias por vuestra paciencia. Y que continúe el cuento...

Hoy sólo quiero dejaros tan perplejos, además de "apáticos y maniáticos", como yo cuando, de vuelta del Parque de Chaoyang aquel 15 de marzo, veo estas imágenes...


1 comentario:

Anónimo dijo...

WEEEEEEEEEEEEE!!!! Por fin! Aunque con un día de retraso... El video da miedo! Lilo