Al estar ya familiarizado con el entorno, el Príncipe sabía exactamente hacia dónde dirigir sus pasos, qué lugares merecían ser vistos antes que otros y, sobre todo, qué carruajes les podían conducir a tales lugares.
En la Montaña Del Ciervo Que Vuelve La Cabeza, cuenta la leyenda que un joven cazador persiguió una preciosa cierva desde el interior de China hasta la isla de Hainan. Acorralada en una península de la bahía de Sanya, en la cima de esta montaña, la cierva contempló que sólo el mar quedaba frente a ella y, volviendo la cabeza atrás, vio cómo su perseguidor se disponía a disparar con su arco. Así pues, decidió adoptar su forma original de ninfa. El cazador quedó totalmente hechizado por la belleza de este ser y finalmente la tomó como esposa. Ahora aquella montaña es un lugar mágico donde el amor puede presentarse bajo las formas más increíbles: ya sea bajo la apariencia de un viejo anciano que entrelaza dos hilos, dos vidas...
Como siempre, las playas estaban cargadas de anécdotas. Como los hijos del Gran Dragón huyen del sol, buscan siempre el cobijo de la sombra. No obstante, carecen de nuestras grandes sombrillas, así que no tienen más remedio que acudir con paraguas a la orilla y no muchos se atreven a despojarse de sus vestimentas.
Sólo una advertencia para aquellos lectores que decidan vivir un cuento como este: recordad que las apariencias engañan, y un barato hostal con habitaciones inmensas, camas dobles, televisión por cable y conexión a internet puede esconderse bajo la forma de una tienda de lencería sexy.
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