jueves, 13 de diciembre de 2007

De Príncipe a director

Ya os contaba hace dos entradas que por mi gran bocaza me tenía que encargar de preparar la actuación que mi clase haría en la Fiesta de Navidad. ¡Hoy, por fin, ha sido el primer ensayo!

El espectáculo consistirá en una representación teatral de una historia, de la cual se extrae una frase hecha (llamada "chengyu"), un tema que hemos tratado en clase. La idea de hacer teatro, como ya sabéis, me entusiasma. Y como yo era el encargado de preparar la actuación, también me he convertido en director; eso sí, siempre bajo el control de China, representado por mi profesora, que transformó el sencillo diálogo que escribí para la obra en una especie de obra más compleja con toques humorísticos, que sólo entenderán los chinos...

Pero todo tiene un motivo, la supuesta fiesta o festival, como yo lo veía, es en realidad una competición, y por ello muchas profesoras se están tomando grandes molestias para que sus grupos sean los ganadores. Al principio, me sentí defraudado porque yo no quería competir, sólo pasarlo bien con mis compañeros. Al final, no nos queda otro remedio que combinar la diversión con la seriedad del concurso.

Hoy he repartido los papeles según las directrices de mi profesora y los deseos de cada uno (que eran no hablar casi nada). ¡Y noticia! El Príncipe de la obra no soy yo. ¡Yo seré el pillo! Y no es que haya renunciado a ese papel, más bien es que la profesora me lo ha impuesto sutilmente y mis compañeros no querían tener que aprenderse tantas líneas. De todas maneras, estoy muy contento. Después, hemos ensayado un poco, a pesar de alguna ausencia del reparto. Ha sido divertido ver cómo actuan los coreanos en especial, realmente son poco expresivos... Y yo no paraba de pegar saltos por el escenario intentando explicar en mi chino rudimentario lo qué debía hacer todo el mundo (por decreto de la profesora y alguna sugerencia mía). El resultado ha sido bastante bueno, y pienso que en un par de días lo haremos de fábula.

Por lo demás, ayer me corté el pelo de nuevo y esta vez conseguí que el peluquero me lo dejará como en España. Además, estuve hablando con él todo el rato. Salí más fresco y feliz que nunca, con energías renovadas y ganas de comerme el mundo.

¡Tres, dos, uno, ACCIÓN!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué tío!! Director pillo!! Es que te estoy viendo ahora mismo de director...y de pillo, claro! y...no hay cantante popero en la obra? jo... Tendrás que formar un grupo de verdad entonces, no?
Ya nos contarás cómo prosperan los pobres coreanos, jejejeje!
Besossssssssss, tío pillo!