Y cada vez hacía más frío. Se ultimaban ya los preparativos para los banquetes, muchos regalos aguardaban en sus cajas para ser entregados, los guerreros lucían sus mejores túnicas y brillaban las sonrisas de las dulces doncellas... Todos esperaban ahogar la melancolía y tristeza de no poder volver a sus reinos junto a otros que, como ellos, se habían embarcado en esta gran aventura.
Entre ellos, estaba el Príncipe, protagonista de este cuento, que, aunque alegre y orgulloso de haber escrito hasta aquí, sentía que su felicidad no era completa. La vida en la torre era cómoda, su adiestramiento para enfrentarse al Gran Dragón avanzaba sin problemas, sus compañeros y compañeras eran atentos y amigables, el sol brillaba...pero no limpio. Eran muchos los pensamientos que enturbiaban su mente y nublaban su corazón. ¡Claro que quería estar allí! ¡No se arrepentía de ninguna de las líneas o palabras narradas!
Sólo deseaba sentir por un momento la protección de aquellos que siempre velaron por él, ver la sonrisa traviesa del príncipe más joven, abrazar a aquella que calmó su llanto cuando era un niño, reír con aquellos que saben escucharlo sin necesidad de palabras.... Quería contemplar los islotes frente a su castillo, un paisaje familiar y reconfortante...
Se acercaba la Navidad...
Entre ellos, estaba el Príncipe, protagonista de este cuento, que, aunque alegre y orgulloso de haber escrito hasta aquí, sentía que su felicidad no era completa. La vida en la torre era cómoda, su adiestramiento para enfrentarse al Gran Dragón avanzaba sin problemas, sus compañeros y compañeras eran atentos y amigables, el sol brillaba...pero no limpio. Eran muchos los pensamientos que enturbiaban su mente y nublaban su corazón. ¡Claro que quería estar allí! ¡No se arrepentía de ninguna de las líneas o palabras narradas!
Sólo deseaba sentir por un momento la protección de aquellos que siempre velaron por él, ver la sonrisa traviesa del príncipe más joven, abrazar a aquella que calmó su llanto cuando era un niño, reír con aquellos que saben escucharlo sin necesidad de palabras.... Quería contemplar los islotes frente a su castillo, un paisaje familiar y reconfortante...
Se acercaba la Navidad...
2 comentarios:
Mi niño, todos los que hemos estado contigo antes de irte a China lo seguimos estando. Allí tienes la oportunidad de unas Navidades únicas, muy diferentes a las vividas hasta ahora pero no por ello peores, ya lo verás. Piensa que al año que viene recordarás con añoranza los días que estás viviendo allí, así que aprovecha... y abrígate mucho! Aquí también hace cada día más frío...
Te quiero.
Muchas gracias, María. No sabes lo que significan las líneas que todos escribís en este cuento. Son como una brisa que ha recorrido miles de kilómetros, desde un reino muy lejano, para refrescar mi espíritu.
Gracias
Publicar un comentario