jueves, 20 de diciembre de 2007

Vacia el vaso antes de llenarlo de nuevo

Desde que empecé a escribir este nuevo cuento, siempre he albergado un temor que, con el paso del tiempo, ha ido aumentando. Tengo miedo de equivocarme de aventuras, de narrar un cuento que podría haberse escrito mejor, me aterra la idea de perderme un gran capítulo... China es tan grande y hay tanto que ver, tanto que experimentar, que resulta muy difícil distinguir con claridad el camino más interesante.

Unida a la nostalgia por la llegada de la Navidad, está esta idea que confunde la brújula de mi vida y apunta hacia todas las direcciones. Deseo llenar la copa del Príncipe con el néctar de los dioses, no quiero que ni una sola gota escape a mi sed.

Ayer, uno de los personajes que ha cruzado su camino por este cuento y al que he bautizado como el Médico, me dijo la frase que titula esta entrada: "...per omplir el got a vegades l'hem de buidar", cito textualmente. El Médico es observador y anota en su cuaderno una realidad a veces oculta, afirma que él no cura, pues no puede imponer su criterio para juzgar qué es sano o perjudicial en un mundo tan distinto. Sin embargo, no hablo de jueces, sino de médicos, cuyas frases son las mejores de las medicinas.

Desgraciadamente, las medicinas siempre tardan algún tiempo en surtir efecto. Gracias, doctor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque estes perdido y todas las direcciones parezcan tentadoras, siempre habrá alguna por la que te decantes más. Puede que esa dirección no sea del todo como tú esperabas,pero cualquier destino, cualquier dirección, posee un campo lleno de flores y un bosque encantado. Lo dificil es que no se sabe lo largo que será cada uno y el tiempo que te supondrá atravesarlo. Besos. Lilo

Unknown dijo...

No debe existir miedo a equivocarse si no oportunidades de aprender.

La vida te lleva por caminos muchas veces inesperados donde se cruzan en tu camino, personas. El médico cura con medicinas, el pallaso con risas, los amigos con amistad y amor... Todos somos médicos