jueves, 14 de agosto de 2008

Cuento de El sueño de una noche de verano

Hace un par de días, no sé por qué, salió en una conversación el libro de Shakespeare El sueño de una noche de verano. Es una obra a la que le tengo un cariño especial porque a los 14 años participé en su adaptación ibicenca Somni d'una nit de Sant Joan en una representación teatral escolar. Yo interpretaba al personaje de Demetrio (Toni, en la adaptación de Villangómez), que, enamorado de Hermia (Anna), la sigue a ella y a su enamorado Lisandro (Miquel) por un bosque encantado, mientras que él mismo es acosado por Helena (Eulàlia). Desde entonces, he leído la traducción española de la obra de teatro, he acudido a ver una representación profesional en un teatro de Barcelona y, por supuesto, también he visto la película más moderna.



Enredos y persecuciones amorosas, momentos cómicos y MAGIA. ¡Divertidísima!

Afortunadamente, aún quedan algunas noches de verano para seguir soñando con el Rey Oberón y la Reina Titania, Reyes de las Hadas. Y cuidado al dormirse, no vaya a ser que el travieso Puck vierta su poción sobre vuestros párpados cerrados y quedéis enamorados del primer ser viviente que veáis. Al menos, aseguraos de que al despertar tengáis cerca a vuestro amor verdadero.

El Príncipe se mantiene en un mágico sueño que ya dura un mes y medio de noches de verano...

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